El distanciamiento entre Cristiano y Georgina durante sus vacaciones que aumenta los rumores de crisis

Después de convertirse en el centro de todas las mirada, el pasado 7 de junio, durante su visita a Madrid para presentar su nuevo proyecto de comercialización de aguas embotelladas junto a Aguas Minerales de Ávila, URSU, Cristiano Ronaldo (38) ha puesto rumbo a Cerdeña para disfrutar a bordo de su millonario yate, el Azimut Grande 27, valorado en más de seis millones de euros; junto a Georgina (29) y sus hijos, Cristiano Junior, Alana Martina y los gemelos, Eva y Mateo.

Precisamente con Georgina el luso portugués ha sido captado en las últimas horas por las cámaras de Gtres en una actitud nada cariñosa, lo que acrecentaría, aún más si cabe, los rumores de crisis que ciernen sobre la pareja desde hace varios meses. Ni un beso, ni una carantoña y escasas miradas: la pareja no comparte el uno con el otro más que el espacio. Y ni eso. Pues mientras el futbolista se dejaba ver muy sonriente, conduciendo una moto de agua y dando un paseo a gran velocidad, con la ayuda de uno de los chicos del personal del barco, Georgina se quedaba pendiente de los menores (y de su teléfono móvil), ataviada con un bikini verde botella, y tomando el sol.

El navío de Cristiano es una de las mejores embarcaciones que se pueden encontrar en alta mar. Tiene una eslora de 27 metros y destaca por su ligereza, ya que está construido en fibra de carbono, un material que posibilita el aumento de los volúmenes y las superficies; así como por sus materiales y comodidades.

Cristiano y Georgina: cronología de su ¿Crisis?

El jugador del Al-Nassr saudí quiso aprovechar su visita a la capital española para desmentir los rumores de crisis con Georgina y aportar un poco de claridad al asunto: «Mi familia está siempre conmigo, Gio está conmigo en todos mis proyectos y yo también la apoyo. Ella está haciendo su camino y la apoyo al 100%», expresó. Sin embargo, no por ello la crónica social se ha deshecho del interés que causa la pareja.

Cabe remontarse al pasado mes de marzo para entender las reiteradas informaciones sobre una posible ruptura (o casi) de la pareja. Concretamente al día 3, cuando se conoció que el portugués podía haber sido infiel a su pareja a la natural de Jaca con una conocida modelo e influencer chilena: Daniella Chávez. Fue ella misma, de hecho, quien destapó dicha información a través de su perfil de Twitter: «Si alguien tiene sexo con otra persona que no es tu pareja pero es libre de mente y cuerpo sin dar explicaciones, ¿Eso es infidelidad? ¿Entonces con Cristiano somos infieles? Solo fue sex, el sex libre también existe», escribió.

Fuera como fuere, ni el futbolista ni Georgina se pronunciaron al respecto de esto. Sí, la prensa portuguesa, que comenzó entonces a hilar la información con lo que sería una inexistente relación entre la familia del ex jugador del Real Madrid con Georgina, y con un posible disgusto de Cristiano, hasta hace escasas semanas, con la influencer, por la actitud de ésta durante la segunda temporada del reality que protagoniza en Netflix, Soy Georgina, donde, curiosamente, no hay ni rastro de Cristiano como sí lo hubo en la primera entrega de la producción.